Retumba el sonido de la envidia y el egoísmo,
arde mi pecho enfurecido y tormentoso,
temido y doloroso pensamiento enceguecido desquebraja el cielo entre las nubes con tus acciones,
entre gotas de nubes y pasos al infierno,
fuerte quemante, reemplaza el camino de los carbones desatando la febril venganza del dios de los corazones,
grita su nombre y grítalo a las estrellas,
ellas recuerdan siempre,
el nombre de las cenizas que se pierden en el silencio.
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