domingo, 10 de febrero de 2013

Gracias

Las cuerdas de una guitarra
 entre luceros fugaces
enmudecen las promesas del jardín asfaltado, 
el sueño del día transita por calles ligeras
y en esos gratos momentos,
por el agua del cielo sobre el frio del silencio, 
nuevos rostros aparecen,  y llegas tú, 
vienes en la noche de historias y melodías simples,
que hablan de una libertad cantada, tocada, evidenciada.


Bebes el elixir insaciable de tu curiosidad, 
sientes el fuego del sonido caminar en tus venas,
la ruptura del silencio en las palmas contenidas
 se hace eco constante,
 las luces de un faro vigía se transforman en corrientes
 a los abrazos inmortales sonrientes.

Sin espacio o tiempo, 
aunque cien mil años luz distancien los cuerpos,
los mundos conectados siempre estarán,
en las miradas a las estrellas, en la lectura de tu universo,
gracias por la esperanza.




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