El sol sostuvo la sombra de la destrucción de nuestro castillo, es blanca nieve el agonizante cabello testigo fiel al regazo del último perdón otorgado.
Ingenuidad, deseo salvado es el castigo forzado del valor al beso y un suspiro envenenado.
Una caricia, todo el vibrar de mi cuerpo en esta pasional despedida a mis gratos momentos.
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