Soy el lobo que camina bajo la luna llena, sobre los copos de los árboles yo voy buscando el hielo donde está el niño, un niño estelar que entre los árboles nublados y los congelados caminos está desaparecido, él es la chispa de fuego, es el amor de la roca fría al abrazarlo entre la hierba multilateral, delirio de la afirmación, control del gusto y el calor en la arena, el recuerdo más frío que el hierro, el reflejo más candente sobre las miradas de la gente.
El niño ya no tiene como entrar al Valhala, los deseos firmes de habitar en un infierno sin guerra son realidad deprimente, no hay batalla, no hay presa, no hay frivolidad y lujuria en los gritos pasionales de la sangre.
Son los días del cielo un encierro divino de las estrellas cada noche, está mi lengua rajada por la comunicación inadvertida del apaciguante silencio de los vacíos encerrados, enclaustrados, condenados a un eterno miedo a morir.
Ruedas del tiempo fuerzan el control de los días y en ellos la pérdida inconsciente de los mismos y mi anhelo de encontrarlo a él, pasa uno, pasan diez, pasan los pensamientos y el hueco eterno de la vida en las melodías de desesperación, desvanecidas en ese pálido meditar de tu silencio... ven.
domingo, 19 de abril de 2020
sábado, 18 de abril de 2020
Rayos encendidos del sol
Vacío el cielo por donde filtras tu presencia, un viaje al pasado y en él tu figura escondida entre las nubes que hacían llover el alma de los guerreros pensantes ...
Entre las líneas del recuerdo, la emoción del no tenerte es esperanza o nuevo día en satisfacción armoniosa del deber cumplido al mirarte tan cerca, tan encendidamente, primitiva imagen de la incertidumbre.
Entre las líneas del recuerdo, la emoción del no tenerte es esperanza o nuevo día en satisfacción armoniosa del deber cumplido al mirarte tan cerca, tan encendidamente, primitiva imagen de la incertidumbre.
Deshojada naturaleza
Pétalos, manto de promesa inolvidable, caminar sobre ellos hacia el noble despertar del sentimiento profundo de la ausencia, exhalando el nombre de la nostalgia es peligro adictivo.
Corazones que rugieron en cautiverio, esa es la paz de ambas bestias mimadas en un sueño concebido, que siguieron caminando dormidos entre las garras y los mordiscos del vínculo profundo al ver las alas de las flores acariciar los segundos en la jaula de sus almas.
Conjuntamente
Querramos hacer feliz al mundo con nuestras sonrisas, el sentir de la felicidad y el bien, la espiritual tranquilidad levantándose en este mundo de inválidos, de los inválidos pasos que vuelven a renacer al levantarnos de nuestros tronos.
Enfermedad efímera
Anhelo la cordura de la conciencia, llevar el sentido de la inmortalidad donde ningún humano necesite de ella, donde el miedo a la muerte no supere el peligro de la crisis sin falta, del temor a lo desconocido en el mar de la ignorancia hacia el terror de una vida sin sorpresa.
Escapémonos de este mundo en ruinas
De esta fortaleza flotante de la materia que se derrumba, la misma materia con que se hacen los sueños y las historias magníficas de magos, reyes y guerreros invencibles.
Seamos inmortales entre las letras y los versos, entre los sonidos mágicos que aletea el gran dragón imitando día a día a los seres humanos.
¿Se puede revertir un deseo?
Inmortalidad en la existencia atada, espiritualidad sonrojada en este tiempo congelado de los pensamientos, felicidad de la importancia, la crueldad de la cordura.
¿se puede revertir un deseo?
Si es la orden de la obediencia, la rebeldía del destino, la frialdad del deber sentido, el impulso enamorado.
¿se puede revertir un deseo?
Si es la orden de la obediencia, la rebeldía del destino, la frialdad del deber sentido, el impulso enamorado.
Coraza destruída
El sol sostuvo la sombra de la destrucción de nuestro castillo, es blanca nieve el agonizante cabello testigo fiel al regazo del último perdón otorgado.
Ingenuidad, deseo salvado es el castigo forzado del valor al beso y un suspiro envenenado.
Una caricia, todo el vibrar de mi cuerpo en esta pasional despedida a mis gratos momentos.
Ingenuidad, deseo salvado es el castigo forzado del valor al beso y un suspiro envenenado.
Una caricia, todo el vibrar de mi cuerpo en esta pasional despedida a mis gratos momentos.
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