Cálida noche de incetidumbre, el miedo y la intriga se apoderó de todo momento junto a ella, un sin fin de emociones y sentimientos rondaban silenciosamente el ambiente lújubre de las discusiones externas, aquellas donde las almas carroñeras enamoradas rondeaban el espacio de debilidad y las conversaciones interrumpían nuestro anhelado momento perfecto, tan cerca y tan lejos, tan enamorados y a la vez tan distantes, tanto y tan poco, todo simplemente iba formando su todo, el alimento del instante y en el olvido constante surgió el deseo de compartir.
Serían cientos de pasos a un camino lleno de letras y versos, de anécdotas y experiencias por vivir, cada paso desnudará la ignorancia y abrirá el sendero a un escenario inspirador, es el mismo resplandor que cautivó un cansancio en el ascenso al descanso, una mirada, una visión al cielo estrellado y ahí estaba ella, la luna nocturna, haciendo dos corazones en uno, destinados a ser en si mismos motores de felicidad y alegria, de satisfacción y compromiso, de terquedad y ejemplo de lucha y tenacidad, bajo la luz de luna y las estrellas caminan a su regocijado placer.
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