Las generaciones se despiden de sus obras,
las proesas que caracterizaron el climax de su existencia,
los ires y venires que ni se siente en este tiempo efímero
destinado a desaparecer en el olvido,
destinado a perderse en el grano de polvo universal,
destinado a despertar en quienes creemos que vivimos por nosotros el espíritu colectivo de la reciprocidad y del relevo,
la vida misma del significado inexplicable,
fenómeno irracional del universo,
existencia inerte en movimiento.