mas que a la vida misma, alguna vez tuve la fortuna de amar sin fronteras ni límites, alguna vez amé y odié luego de ello, alguna vez, una mujer visitó el salón donde mi corazón era bebida, tomó del elixir de la felicidad y se marchó sin dejar rastro, posándose en el salón del frente, siempre diciendo: aqui estoy y estaré, pero más aún permaneceré inmortal en tus recuerdos que ríen, que duelen, que visualizan algo que no podrás tener otra vez jamás,
a mi.
Siempre te tendrás a ti
a tu amor, sentir inmortal.
Siempre te tendrás a ti
a tu amor, sentir inmortal.
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