Corta la carne,
rompe las ataduras de la conciencia,
eres hermosa,
sin tus años ni los míos,
sin tus años ni los míos,
deja que el reloj se preocupe solo,
mira que el tiempo se desvanecerá
en los gemidos del silencio
bajo esta lluvia constante,
deja que espacio se construya
en la cercanía de los abrazos,
en la cercanía de los abrazos,
de los besos, la calma y un deseo,
por el hambre que tenemos de ambos...
y una noche.